sábado, 13 de septiembre de 2008

PERROPICADO NOSTALGICO






Puedo decir que un personaje puede cambiar las cosas. Es curioso que alguien que aparentemente no existe, pueda involucrarse en la vida de sus creadores y de otras personas, casi siempre para bien.
Eso nos pasó a Reyva y a mí. Un personaje puede, a veces, enloquecerte y obsesionarte hasta que sale afuera y exige vida propia. Por eso, las primeras palabras de este libro Perro Picado son: “Un día llegó a la ciudad perro-picado”.

Hasta ahora el querido perro ha sido libro-álbum, muñeco de peluche, mural de salón, pintura e invitado de unas cuantas actividades infantiles.

Atesoramos este personaje por ser el primero en mostrarnos el mundo del libro infantil, de las editoriales y de los raros seres imposibles.

He contado muchas veces esto pero siempre me gusta volver a contar:
Un buen día a comienzos del 2000, tuve la idea de conseguir una entrada de dinero ilustrando para revistas. Hojeé algunas publicaciones y dije: creo que puedo hacer eso. Le pedí una mano a una amiga ilustradora y ella, entre otras direcciones, me apuntó la de Camelia Ediciones. Yo no tenía absoluta idea de cómo se llevaba a cabo la edición de un libro, ni lo que hacía un ilustrador allí. Así que instintivamente me hice una carpeta, un tanto enorme, con trabajos que consideré de ilustración (pintaba algo abstracto en esos días), también pensé en hacerme una tarjeta de presentación. Necesitaba una ayuda especial, por eso tomé una imagen de un perro partido a la mitad que aparecía en varios de mis cuadros. Podía ser mi escudo de armas, o algo así. Recuerdo que diseñamos una tarjeta de tonos grises, que por un cartucho casi vacío terminó siendo de un naranja casi melocotón. No había tiempo y me la llevé así.

Mostré esa mañana mis trabajos y al final de la cita dejé la tarjeta, pensando que con suerte me llamarían algún día pero, para mi sorpresa, no pasó una semana cuando nuestra ahora gran amiga editora María Angélica llamara y preguntase si tenía una historia para un libro con ese personaje. Sin pensar, enseguida le contesté que sí.

Esa tarde estuvimos Reyva y yo planeando una historia. Recuerdo que ella organizó unas buenas frases en función de algunos dibujos que yo había hecho.

Entonces en una de estas citas en Camelia, Maria Angélica con emoción nos dijo que nos iban a publicar el libro. Y recuerdo que esperó nuestras caras de sorpresa. Lo curioso es que si por dentro estábamos como dicen: pegando brincos, montándonos en las mesas, por fuera nos quedamos ahí sonriendo y asintiendo con la cabeza. Este texto puede servir para confesar y decir: “ sí, ese día nos emocionamos mucho”.

Luego hicimos un trabajo muy hermoso de edición con Javier y María Angélica. Fue algo muy fluido, muy serio pero divertido, sobre todo muy cálido.
El libro salió a la venta con un diseño que partía de los colores de mi tarjeta de presentación.

Lo que vino después fue muy muy bueno. Aunque por cuestiones distintas nos distanciamos una época de los libros y la ilustración, el personaje, como dice el comienzo de este comentario, nos volvió a cambiar la vida.
Otro buen día, cuando estábamos sumergidos en otras actividades ,que lejanamente tenían que ver con el oficio de los libros, alguien nos mencionó que había visto Perro Picado en una feria del libro, que lo había comprado (afortunadamente no como el chiste*) y confesaba que a veces se sentía como el personaje “en un lugar y en otro al mismo tiempo”. Eso parece nos hizo despertar. El libro había hecho lo que hacen los libros: tener un contacto íntimo con el lector y empezar a formar parte de su vida. Después de eso siguieron pasando cosas estupendas con los libros y la ilustración, pero ese es material de una nueva entrada de este blog.

* el chiste: Un escritor a publicado al fin su primer libro. Va por la calle y se consigue a un amigo que le dice: he comprado tu libro. Y el escritor le contesta: ¡ah, fuiste tú!

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